Los últimos reyes de Escocia

Jullien y Forster dan al Celtic el 'Old Firm' de la final de Copa ...
Hoy el único partido que despierta interés en el extranjero es el Old Firm, y a veces ni eso.

Demasiado cerca de Inglaterra y demasiado lejos de aquellos días de gloria, el fútbol escoces es un condenado que camina lenta e inexorablemente al ostracismo.

Si le pidiéramos a cualquier futbolero que elija la liga mas aburrida del mundo seguramente la Premiership de Escocia estaría entre las mas mencionadas. En sus 130 años de historia esta competición ha sido monopolizada por el tandem Rangers/Celtic y solo entre estos dos clubes se han llevado un total de 105 campeonatos (51 y 54 respectivamente). Para colmo, los restantes veinticinco se repartieron en apenas nueve cuadros de los cuales Heart of Midlothian, Hibernian y Aberdeen han ganado cuatro cada uno. El bucólico panorama empeora aun mas cuando caemos en cuenta que el ultimo equipo que rompió la hegemonía de los dos grandes fue el histórico Aberdeen de Sir Alex Ferguson en la temporada 1984/85.

¿Como se sobrevive al aburrimiento si hace 35 años solo dos equipos pelean mano a mano por el título de liga? ¿Que motivación puede encontrar el hincha del Kilmarnock o del Dundee United para ir a la cancha sabiendo que al final del campeonato Celtic o Rangers habrán sacado varios cuerpos de distancia por sobre el resto? Pese a todo, los hinchas escoceses siguen siendo unos de los mas pasionales en Europa. A diferencia de lo que sucede en Irlanda, Irlanda del Norte o Gales – – donde los fanáticos están mas pendientes de la Premier League inglesa que de sus ligas domesticas – el hincha escoces tienen un mayor sentido de pertenencia a sus colores, aun cuando esto implique niveles de resignación y aceptación de la realidad propios de un martir.

Ahora bien ¿por qué se dan estas desigualdades tan manifiestas? ¿Como es posible que haya tanta diferencia entre los dos clubes de Glasgow para con el resto? Indudablemente el factor económico juega un papel muy importante en esta historia. De acuerdo a un reporte de la UEFA de principios del año 2019, la brecha financiera que separa a Rangers/Celtic del resto de los equipos de la Scottish Premiership es una de las mas grande de Europa. Mientras que un sueldo promedio de un jugador del Celtic es de 735,000 libras al año, un jugador del Hamilton Academical – que en esta acotada temporada se salvó del descenso por apenas cuatro puntos – cobra aproximadamente 798 libras por semana (poco mas de 41,000 libras al año).

Esta disparidad económica tiene varias causas, pero la mas importante es el desigual contrato televisivo con el que se rige la Scottish Premiership. En la tierra de las gaitas los dos clubes mas importantes de la liga se llevan la mayor parte de un pastel demasiado pequeño. De 2014 a 2020 el acuerdo existente entre la cadena BT Sports y la Scottish Professional Football League estipulaba un pago de aproximadamente unos 25 millones de libras por temporada, el cual se dividía entre los 42 equipos profesionales de las cuatro divisiones mas importantes del país. Para tener idea de lo poco que realmente representa esa cifra para el fútbol moderno miremos los números del West Bromwich Albion durante la temporada 2017/18 cuando descendió a la Championship. A pesar de que finalizó ultimo en la tabla de posiciones con apenas 31 puntos, perdió en la tercera ronda de la FA Cup y quedó eliminado en la segunda de la Carabao Cup el WBA embolsó ese año nada menos que 100 millones de libras, y de esa cantidad 47 millones correspondían solo a derechos televisivos en el extranjero.

En Escocia el dinero de la televisión apenas si representa un 11% de las ganancias total de los equipos profesionales por lo que sus mayores ingresos vienen directamente de los acuerdos de marketing que estos puedan realizar (27%) y de lo que obtengan en taquilla durante los partidos de local (45%). Para un club como el Celtic – que ha ganado las ultimas nueve ligas de manera consecutiva – llenar las tribunas del Celtic Park no representa mayor problema, pero imaginen lo difícil que debe ser para el Livingston que a pesar de haber terminado en la quinta posición fue el segundo peor equipo en cuanto a convocatoria de este campeonato y tuvo un 3.3% menos de espectadores con respecto a la temporada pasada (donde finalizó en noveno lugar).

El principio del fin

La debacle del fútbol de Escocia es multicausal pero si hilamos fino encontramos algunos acontecimientos claves que aceleraron su caída. La creación de la Premier League inglesa, la expansión de la Champions League y la desaparición/refundanción del Rangers expusieron las fragilidades de una competencia que hasta los 90’s todavía podía presumir de ser importante para el Viejo Continente. A pesar de que los días de gloria habían quedado en el pasado muchos escoceses aun tenían frescos los recuerdos del Celtic de Jock Stein levantando la Copa de Europa en 1967. Este logro, sumado las Recopas del Rangers en 1972 y Aberdeen en 1985, otorgaron cierto estatus al torneo y le permitían – al menos en los papeles – sentarse en la misma mesa que Inglaterra. Pero en 1992 la brecha entre ambas ligas británicas comenzaría a hacerse cada vez mas grande.

File:John "Jock" Stein Bronze statue outside Celtic Parkhead ...
Jock Stein fue el DT que lideró al Celtic en su conquista de la Copa de Campeones 1967.

A partir de la creación de la Premier League el centro de atención parcialmente compartido rápidamente fue virando hacia el torneo ingles. La mejor comercialización de la Premier (tanto en territorio británico como en el extranjero), la modernización de los estadios como consecuencia directa de la Tragedia de Hillsborough (1990) y la erradicación de los hooligans hicieron de este nuevo campeonato un producto mucho mas apetecible no solo para los espectadores sino también para los jugadores de elite. A diferencia de lo ocurrido durante la segunda mitad de los 80’s cuando Inglaterra se transformó en exportadora de talento y la anodina First División corría muy por detrás de la Seria A italiana o la Primera División española ahora los futbolistas importantes deseaban jugar el fútbol ingles.

Ademas, una vez levantada la suspensión de UEFA que impedía a los clubes ingleses participar en los torneos europeos – impuesta tras la Tragedia de Heysel – los cuadros de este país resurgieron y en los 90’s ganaron tres Recopas de Europa (Manchester United en 1991, Arsenal en 1994 y Chelsea en 1998). La frutilla del postre fue la Champions League conseguida por el United en 1999 en aquella histórica definición sobre la hora ante el Bayern Munich de Alemania.

En ese contexto el fútbol escoces quedó cada vez mas desdibujado. Si bien todavía podía presumir de atraer a algunos grandes jugadores como el australiano Mark Viduka, el danes Brian Laudrup, el ingles Paul Gascoigne o el italiano Genaro Gattuso, la ampliación de los cupos en la Champions League para los países importantes desnudó su incapacidad de competir en el mas alto nivel. El creciente poderío económico de las demás ligas relegó a Escocia a un tercer plano, por detrás de Holanda y Portugal y a la misma altura que la competencia belga o los torneos nórdicos. A esas alturas el Old Firm se había vuelto su único valor comercial digno explotar. En 2011, cuando se firmó el contrato televisivo con Sky Sports, una de las condiciones sine qua non que puso la cadena televisiva fue que se le garantice cuatro derbies de Glasgow por temporada. Ese requerimiento echó por tierra cualquier posibilidad de expandir la liga a mas de 12 equipos, algo que los hinchas de todos los equipos apoyaban fervientemente.

Old Firm sin brillo

El 27 de julio de 2012 es una fecha que todo hincha del Rangers FC quisiera olvidar. Ese día la federación confirmó que su equipo – uno de los dos mas importantes del país – comenzaría a jugar a partir de la próxima temporada en la cuarta categoría. ¿Como fue posible que el máximo ganador de la liga de honor escocesa terminase sus días compitiendo contra clubes como el Perterhead, Annan Athetic o Stilirling Albions? Por increible que parezca, en apenas cuatro años Los Gers habían pasado de jugar la final de la Copa UEFA ante el Zenit a luchar por su supervivencia en los tribunales. En ese lapso de tiempo las gradas de Ibrox nunca dejaron de estar colmadas y el club siguió ganando títulos, pero se trataba de un «gigante con pies de barro» que se desangraba silenciosamente.

La sentencia de muerte del Rangers comenzó a escribirse en 1988 cuando el club fue adquirido Sir David Murray, uno de los hombres mas ricos de Escocia. Con un largo historial en la metalúrgica y la industria minera Murray adquirió el club por 6 millones de libras e inmediatamente inyectó ingentes cantidades grandes de dinero en las arcas. Bajo el lema «Por cada libra que gaste el Celtic yo gastaré diez» Murray no se anduvo con chiquitas y en veinte años como dueñoconquistó 15 ligas y 26 copas domesticas (aparte de llegar a una final continental por primera vez en 36 años), pero el coste fue muy grande. En el modelo de negocios que había aplicado el magnate a lo largo de su vida profesional las deudas eran un mal necesario para lograr el éxito. Para 2003 el club debía aproximadamente 83 millones de libras y registraba perdidas anuales de 12, 32 y 29 millones de dólares de manera consecutiva.

¿Como demonios era posible que esos agujeros en el patrimonio del Rangers pasaran tan desapercibidos? Pues bien, la combinación de resultados exitosos y fichajes resonantes suele ser una «píldora» que los fanáticos estamos muy contentos de tragar. En el año 2000 el presidente anunció con bombos y platillos el arribo del delantero noruego Tore André Flo proveniente del Chelsea por 12 millones de libras (por esos días una cifra astronómica para el fútbol escoces) como paso previo a volver a conquistar Europa. De mas está decir que los hinchas estaban extasiados, pero una década ese castillo de naipes que era la economía del club se desmoronaría.

Los prestamos impagos y la evasión de impuestos sumieron al Rangers en una crisis financiera terminal, y aunque pudo sortear en dos ocasiones los pleitos con el fisco británico, en 2011 finalmente la HRMC (Her Majesty’s Revenue and Customs) le asestó el golpe definitivo. Con la lupa puesta en las finanzas de sus empresas y en las del equipo Murray fue obligado a vender el club (y su abultada deuda) por la cifra simbólica de una libra al grupo Wavetower Limited, liderado Craig Whyte. El nuevo propietario llegó prometido restaurar la gloria y explotar mundialmente la marca «Rangers» pero en poco mas de un año acrecentó la deuda dejada por su predecesor e inició la convocatoria de acreedores. Para cuando surgieron cuestionamientos sobre como Whyte se había hecho del control del cuadro de Glasgow el daño ya estaba hecho. El 13 de junio de 2012 la primera plana del Herald anunciaba: Glasgow Rangers FC: 1872 – 2012.

Al día siguiente la escuadra y todos sus activos pasaron a manos del empresario Charles Green, quien adquirió el club por 5,5 millones de libras e intentó que UEFA le tendiera una mano para evitar el colapso. Para colmo, la federación escocesa impuso una sanción económica y le prohibió fichar jugadores por una temporada, pero lo peor estaba por venir. Debido a que desde 1998 la liga se había independizado de federación nacional, su ingreso en la división de honor debía ser aprobado por los restantes equipos de la divisional, algo que finalmente no ocurrió. A pesar de lo que representaba el Old Firm para el fútbol escoces en términos de ingresos los clubes de primera y los de segunda se mostraron inflexibles: el reformado Rangers debía empezar desde la cuarta categoría. El 11 de agosto de 2012 el equipo mas ganador del país empató de visitante 2 – 2 ante el Peterhead en lo que fue el inicio de un periplo de cuatro años por el ascenso.

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El 11 de agosto de 2012 Rangers empató como visitante 2 – 2 frente al Peterhead, en lo que fue su debut en la cuarta categoría.

Durante las temporadas en las que el Celtic se quedó solo en primera edificó un dominio incuestionable y a pesar de que el Rangers volvió a primera a mediados de 2016 la supremacía de su archirival aun se mantiene en pie: de 2012 a esta parte los Hoops han ganado nueve ligas de manera consecutivas, cuatro Copas de Escocia y cinco Copas de Liga. Pero esa superioridad avasalladora lejos está de cristalizarse en las competiciones europeas donde incluso llegó a tener derrotas bochornosas como el 1 – 0 de visitante ante Lincoln Red Imps, un equipo semi – profesional del peñon de Gibraltar.

El retorno de los Gers a primera significó para la liga recuperar su producto mas «vendible», pero así y todo las audiencias televisivas sufrieron algunas caídas alarmantes. En 2018 el primer clásico del torneo solo atrajo a 275,000 espectadores y aunque para el segundo enfrentamiento del año la cifra trepó a mas de 500,000 este número fue menor que la mayoría de los partidos de la Premier. Y si bien en la temporada 2018/19 se registró una leve la subida en la audiencia, muchos lo atribuyen al hecho de que el ex-jugador del Liverpool Steven Gerrard tomó la riendas del Rangers en ese campeonato. Hoy el Old Firm depende de un factor exógeno para despertar mayor interés.

El gran escape

Cada cierto tiempo se escuchan la versión de que el Rangers y el Celtic podrían dar el salto la Premier League en pos de mejores oportunidades económicas y una mayor visibilidad internacional. Y siembre los directivos de ambos clubes desmienten categóricamente estas versiones. Pues bien, una investigación reciente develó que en 2011 – antes de que Rangers colapsara económicamente – la posibilidad de que esto suceda realmente existió. Según varios medios escoceses hace casi una década las juntas de ambos clubes intercambiaron mails en donde se detallaba un curso de acción para dejar la liga escocesa y unirse a la primera división del fútbol ingles.

En este dossier secreto se indicaba que la mudanza sería beneficiosa para todas partes. Para el tandem escoces jugar en la Premier implicaría llegar a un público mucho mas amplio ademas de un incremento sustancial de los ingresos por televisión (cada equipo ingles de primera recibe aproximadamente 82 millones de libras al año) mientras que la liga inglesa obtendría para sí uno de los derbies mas antiguos y apasionantes del mundo, algo que incrementaría aun mas su valor en el mercado (el ultimo contrato televisivo que firmo la liga fue de 1,600 millones de libras por temporada). Y si bien el campeonato de Escocia perdería a su partido mas importante, se abriría el juego para que los demás equipos pudieran aspirar al título y entrar en las competiciones europeas.

Ahora bien ¿que garantía tenían en ese momento los directivos de ambos clubes para apostar por esa arriesgada movida? Después de todo, dada su realidad económica en comparación con los cuadros de la Premier, jugar en la liga inglesa los expondría a mostrar sus debilidad semana a semana contra clubes considerados a priori como inferiores. Señalada unánimemente como la mejor liga del mundo, cualquier equipo de la Premier League podría ser un potencial aspirante al título en la liga escocesa pero no podemos decir que Rangers o Celtic puedan hacer lo propio en Inglaterra. Jugar allí podría representar una larga sequía para equipos que están acostumbrados a ganar, y a veces es preferible se cabeza de ratón que cola de león.

De cualquier modo, la mundanza nunca se concretó y el tandem aun sigue compitiendo bajo el paraguas de la Scottish Premiership. En esta temporada que fue suspendida por la pandemia del Covid-19 el Celtic obtuvo su noveno campeonato al hilo sacando a su inmediato perseguidor Rangers nada menos que doce puntos de ventaja; y aunque quedaron sin disputarse varias fechas la sensación es que el resultado hubiese sido el mismo. Nada parece alterar la bucolia en la que vive el fútbol de Escocia por estos días, ni siquiera una epidemia una enfermedad nueva y potencialmente mortal. Pobre de los hinchas.

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