Groenlandia mira al futuro

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Así se vería por fuera el Arktisk Stadion, el proyecto de estadio para Groenlandia.

En la tierra de los hielos eternos sueñan con entrar a la FIFA. ¿Que es lo que tiene que ocurrir para que el anhelo se transforme en realidad?

¿Se imaginan a Brasil jugando un amistoso internacional a -10 grados, rodeado de glaciares y con auroras boreales surcando las eternas noches del Polo Norte? Puede sonar una locura pero si finalmente FIFA admite a Groenlandia como miembro esta imagen descabellada podría tener visos de realidad. Según los estatutos, cualquier asociación nacional que represente al fútbol de un país reconocido por la ONU tiene el derecho de ser miembro de FIFA, amén de cumplir ciertas condiciones básicas de infraestructura así como también de desarrollo de una competición nacional a nivel clubes. Ahora bien, Groenlandia no es un estado independiente sino una dependencia especial que – junto a Islas Feroe – pertenecen desde 1814 a la Corona Danesa (cuando Dinamarca y Noruega formaban un solo reino) pero así y todo su ingreso es muy posible.

Esto se debe al hecho que Islas Feroe es parte de la federación internacional desde 1988 (todavía no se había modificado el reglamento) pero principalmente porque en 2016 FIFA aceptó a Gibraltar como su miembro 211. Después de varios años de lucha, y tras vencer la resistencia de la Real Federación Española – España y Gran Bretaña mantienen una disputa sobre el dominio de Gibraltar que data desde la firma del Tratado de Utrecht en 1713 – el Peñon ingresó en UEFA en 2013 e inició el proceso que lo llevaría a ser aceptado por la casa madre del fútbol mundial tres años mas tarde. A pesar de no ser un estado independiente (se trata de un Dominio Británico de Ultramar) hoy esta región de poco mas de 33,000 habitantes es una mas en el concierto del fútbol europeo.

Con estos antecedentes a su favor Groenlandia tiene muchas chances de ser en parte de FIFA en el futuro cercano, pero primero deben resolverse algunas cuestiones básicas referidas a la infraestructura. Dada las bajísimas temperaturas de la región (el máximo registrado anualmente no pasa de los seis grados) es prácticamente imposible tener canchas de cesped natural. Durante años, la liga local – cuya fase final se juega en apenas una semana debido a las condiciones climaticas – disputaba todos sus encuentros en campos de juego de arena y roca hasta que en 2010 se inauguró la primera cancha de césped artificial de la región en la ciudad de Qaqortoq. Seis años mas tarde la capital Nuuk hizo lo propio con un campo artificial «dos estrellas», el calificación mas alta de este tipo y que es aceptada para las competiciones de UEFA. En ambas ocasiones FIFA financió el proyecto a través del programa Goal.

Si bien esto representa un avance sustancial la cuestión aun no está resuelta. El estadio nacional de Nuuk apenas tiene capacidad para 2000 espectadores y no cuenta con los requerimientos mínimos para albergar partidos internacional. Cuando Sepp Blatter visitó la isla en 2010 aseguró que los dos únicos factores que impedían que Groenlandia fuera miembro eran la falta de un recinto cerrado y el hecho de no se trata de un país independiente, pero tras el ingreso de Gibraltar en 2016 la cuestión de la independencia podría ser salvada. Teniendo en cuenta lo dicho por el ex-presidente de FIFA, en 2015 el Parlamento groenlandes destinó un millón de coronas danesas para desarrollar el proyecto de una cancha totalmente cerrada y con un sistema de calefacción adecuado.

Dos años mas tarde la compañía Bjarke Ingels Group presentó su maqueta del Arktisk Stadion, un recinto techado para 3000 espectadores – en Groenlandia apenas viven 56,000 personas – con un campo de entrenamiento aledaño y un hotel. El elevado coste del proyecto (aproximadamente 450 millones de coronas danesas) le puso un freno a su construcción y es por eso que el gobierno de la isla ha comenzado a buscar ayuda externa para poder concretar la tarea. Curiosamente, entre los que están dispuestos a dar una mano se encuentra la federación danesa de fútbol. En 2015 el presidente de la Dansk Boldspil-Union (DBU) Jesper Moller aseguró que su asociación ayudaría en todo lo que pudiera a Groenlandia para conseguir entrar en UEFA y FIFA. Dado el vinculo político entre las dos regiones, la colaboración entre Groenlandia y Dinamarca en materia futbolistica no es nueva y la DBU envía con bastante frecuencia a entrenadores que imparten cursos en la isla.

¿UEFA o CONCACAF?

A pesar de no ser miembro de FIFA la selección nacional de Groenlandia si ha tenido actividad a lo largo de los años. Desde 1989 a esta parte ha participado en los Island Games (fue finalista en dos oportunidades) ademas de disputar un sinnúmero de partidos amistosos contra otras naciones no reconocidas, como por ejemplo Laponia, Islas Malvinas o el Tibet. Este ultimo encuentro en particular (ocurrido en 2003) despertó un gran interés en todo el mundo debido a que el gobierno de China – que no reconoce al Tibet como una nación independiente – amenazó a Groenlandia con un embargo comercial si el match se materializaba. Finalmente, y a pesar de las presiones de los chinos, el partido si se jugó y el conjunto groenlandes goleó 4 – 1. También han participado en amistosos frente a selecciones de FIFA como Islas Feroe, Canadá e Islandia, pero en este caso no se cuentan como partidos oficiales.

Ahora bien, una pregunta muy recurrente es saber bajo que federación continental podría jugar la selección nacional de Groenlandia. Teniendo en cuenta los fuertes vínculos con Dinamarca la respuesta mas obvia es UEFA, pero para muchos lo mas aconsejable es que este seleccionado compita bajo el paraguas de la CONCACAF. Los defensores de esta postura afirman que así el conjunto groenlandes tendría mayores oportunidades de progresar (no es lo mismo jugar ante El Salvador o Puerto Rico que ante Rumanía o Portugal), pero ademas la cuestión geográfica representa un factor preponderante. Groenlandia forma parte de América del Norte y su capital Nuuk se encuentra a tan solo 820 kilómetros de Ikaluit, capital del territorio canadiense de Nunavut (solo las separa el Estrecho de Davis). Esta posición se refuerza también por el hecho de que la selección de handball groenlandesa compite dentro de América del Norte.

El partido de la polémica: Groenlandia contra el Tibet.

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