Bad Boys

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De estrella a convicto. En 2016 Adam Johnson fue condenado a seis años de prisión por abuso de menores. En 2019 salió de la carcel solo habiendo cumplido la mitad de su pena.

El fútbol profesional exige ganar como sea aunque esto implique proteger a jugadores que han cometido las peores ofensas. ¿Hasta que punto está bien utilizar a un futbolista que ha sido acusado de un crimen?

A principios del 2020 se conoció la noticia de que el ex-futbolista del Once Caldas John Viafara fue extraditado a los Estados Unidos tras haber sido detenido en 2019 por sus vinculos con el narcotráfico. El ex-mediocampista de la selección colombiana – que ademas se dio el lujo de hacer un gol a Boca Juniors en la final de la Copa Libertadores 2004 – está acusado de coordinar las rutas de trafico de venta de drogas para el famoso Cartel del Golfo, un grupo mexicano que opera desde 1987 en el estado de Tamaulipas.

¿Que es lo que lleva a una persona que aparentemente lo tiene todo a elegir el lado incorrecto de la vida? ¿Las malas compañías? ¿La falta de control por parte de los clubes? ¿Una infancia difícil? Seguramente sea un poco de todo. Como Viafara ha habido varios jugadores que fuerondetenidos por sus vínculos con el narcotráfico, no solo en Colombia sino también en Australia. Ese es el caso de Adrian Caceres, un futbolista australiano nacido en Argentina que fue sentenciado en 2019 a 18 meses de cárcel después de haber sido encontrado culpable de venta de meta-anfetaminas. Caceres, que tuvo una destacada carrera en la A-league jugando para el Melbourne Victory y el Perth Glory, revelaría mas tarde que era un habitual consumidor de «cristal» desde los 21 años y que en ningún momento los clubes en los que jugó tuvieron conocimiento al respecto, y si lo tuvieron, no se preocuparon demasiado por la situación.

¿Acaso a los clubes realmente les importa lo que hagan sus jugadores fuera de la cancha? La ley del rendimiento exige ganar siempre y para eso a veces los directivos o los entrenadores eligen mirar para otro lado. Cuando estalló el escándalo de Jonatan Cristaldo – acusado de violencia de genero – Racing Club de Avellaneda trató de mantener el caso bajo el mas estricto hermetismo y hasta se dio el lujo de convocar al jugador incluso cuando la noticia llegó a los medios. ¿Hasta que punto queda justificado todo en pos de la victoria?

Con Ricardo Centurión sucedió algo similar. Boca Juniors solo se desprendió de el cuando sus reiteradas trasnochadas se hicieron muy difíciles de tapar pero nada hizo cuando la ex-novia del futbolista lo denunció penalmente por agresiones. En estos casos, el principio de inocencia se tergiversa. Un futbolista no es inocente hasta que se demuestre lo contrario sino hasta el momento en el que no le sirva mas al club. Después de eso, el muchacho de los goles oportunos y los «pecados de juventud» puede transformarse en el peor de los criminales.

Un problema en Inglaterra

Si la criminalidad entre los futbolistas es un tema recurrente en el mundo, en Inglaterra es un problema crónico. A lo largo de los años varios son los jugadores y entrenadores que han tenido que pasar un tiempo entre las rejas, algunos por ofensas menores pero otros por las circunstancias mas aberrantes. La consabida liviandad con la que se trata el alcoholismo en el fútbol ingles ha producido que varios jugadores se vean envueltos en accidentes de transito y en altercados en bares. Uno de casos mas graves fue el del actual arquero de Swidown Town Luke McCormick quien en 2008 fue condenado a seis años de prisión por la muerte de dos niños en un accidente de transito en el que el guardametas fue participe. Después de pasar cuatro años en la prisión de Leyhill McCormick salió en libertad condicional y pudo reiniciar su carrera en el Oxford United.

Otro de los que tiene un prontuario frondoso es Marlon King. El ex-internacional de la seleccion de Jamaica estuvo implicado en varios hechos delictivos entre los que se cuentan fraude bancario, asaltos, posesión de autos robados y abuso. Si bien a lo largo de su carrera los comportamientos delictivos de King eran harto conocidos este ultimo hecho en particular – ocurrido en 2009 – hizo que el Wigan Atlethic no le renovara el contrato. Tras cumplir una condena de 18 meses el atacante se unió al Coventry City, donde rápidamente se transformaría en ídolo de la hinchada. Con un par de goles, el atacante borró mágicamente sus antecedentes.

Pero sin lugar a dudas, el caso mas resonante ha sido el de Adam Johnsson. El ex-atacante del equipo nacional y el Sunderland – que fue condenado a seis años de prisión en 2014 por abuso agravado de una menor de 15 años de edad – puso de manifiesto la hipocresía que predomina en el fútbol profesional. Durante su juicio el manager de los Black Cats Sam Allardyce fue duramente criticado por los medios por no separar al jugador del plantel e incluso seguir utilizándolo como un titular habitual. La situación empeoró cuando la prensa descubrió que en la institución ya sabían de la culpabilidad de Johnsson puesto que el había confesado el abuso a uno de los directivos. Otra vez, la necesidad de ganar ante cualquier costo.

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