Olvidando a Tony

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Popovic junto al arquero Ante Covic tras conseguir la AFC Champions League de Asia en 2014.

A mas de dos años de su salida el Western Sydney Wanderers sigue sin poder encontrarle un reemplazante adecuado a Tony Popovic. Y mientras este disfruta del reconocimiento en el Perth Glory los del oeste de Sydney viven una «guerra fría» entre el actual DT y su ayudante de campo.

El 30 de septiembre de 2017 no fue un día mas en la historia del Western Sydney Wanderers. Tras cinco años en el cargo el entrenador Tony Popovic eligió esa jornada para comunicar su salida del club que el mismo había ayudado a forjar desde sus cimientos. No importó que el inicio del campeonato estuviera a la vuelta de la esquina y que jugadores como el español Oriol Riera hubiesen llegado al WSW por pedido exclusivo del saliente DT, Tony se iba y dejaba a todos preguntándose por que.

A pesar de contar con total apoyo del dueño Paul Lederer, el ex-jugador del Crystal Palace y del Sanfrece Hiroshima sintió que se había cumplido un ciclo. En 2012 Popa se convirtió en primer entrenador en la historia del equipo y no tardó en imprimirle un estilo aguerrido y directo. Apoyados en la contratación estelar del astro japones Shiji Ono, y con una buena camada de jugadores australianos conformada por Aaron Mooy, Nikolai Topor-Stanley y Mark Bridges entre otros, los Wanderers se consagraron como la mejor escuadra de la temporada regular y quedaron a las puertas del título tras perder la Gran Final ante el Central Coast Mariners.

El mayor golpe sin embargo lo darían al año siguiente con la obtención de la Champions League de Asia. Lejos de ser un camino de rosas hacia el título, a lo largo de todo el certamen el WSW debió medirse ante equipos de grueso calibre como el Kawasaki Frontale o el gigante chino Guangzhou Evergrande. Para colmo, en la final lo esperaba el Al-Hilal, una de las superpotencias del continente. Tras ganar por la mínima en Sydney los australianos viajaron a Riad para defender con uñas y dientes la exigua diferencia. Este campeonato marcó un hito en la historia del fútbol aussie a nivel clubes y posicionó a Popa como el mejor entrenador joven del continente. No en vano la AFC lo eligió como el Manager del Año 2014.

Pero el Western Sydney Wanderers de finales de 2017 no era el mismo que el de 2014. Gran parte de la camada que había conquistado Asia había partido o se había retirado y reinaba en el ambiente la sensación de hastío. El juego del equipo se había tornado previsible y Popovic parecía un mago al que ya no le quedaban trucos por mostrar. En la Champions de ese año no pasó de la fase de grupos – quedó ultimo en su zona con cuatro derrotas y dos victorias – y en el camino recibió goleadas bochornosas ante el Shanghai SIPG (5-1) y ante el Urawa Red (4 – 0 y 6 – 1). En la liga no le fue mejor. Durante todo el año corrió a los lideres desde atrás y solo en las ultimas fechas pudo asegurar su lugar en los play-off donde perdió 4 – 1 ante el Melbourne City.

Caminos separados

El divorcio amistoso entre el WSW y Popovic no fue bueno para ninguno de los dos. En lo que muchos catalogaron como una movida arriesgada el club decidió la contratación del español Josep Gombau como su sucesor. A pesar de contar con un curriculum interesante – consiguió la FFA Cup 2014 con el Adelaide United y anteriormente ganó varios títulos con el Kitchee SC de Hong Kong – el estilo del catalán Gombau era diametralmente opuesto al de su antecesor. Influenciado por la escuela del FC Barcelona (donde fue preparador de juveniles) el nuevo DT quería que su equipo jugase con la pelota al piso e hiciera del pase su arma mas letal.

Sin embargo los resultados no acompañaron nunca. Gombau comenzó su ciclo con una racha negativa de dos empates y tres derrotas que incluyó un doloroso 5 – 0 en contra frente al Sydney FC, su clásico rival. Durante toda la temporada el entrenador español nunca pudo encontrarle la vuelta a un equipo que rápidamente perdió la fe en el y los roses en el vestuario no tardaron en aparecer, en especial con el delantero Oriol Riera. Finalmente Josep Gombau fue despedido a finales del torneo cuando el WSW no logró acceder a las finales por primera vez en su historia.

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La salida de Popa fue noticia en toda Australia.

Para Popovic tampoco fue un buen año. Inmediatamente después de su salida del WSW el manager firmó un contrato con el Karabükspor de la Super Liga Turca, pero esta primera experiencia europea como DT principal (había sido ayudante de campo en el Crystal Palace) duró menos de lo esperado. Dos meses mas tarde el club otomano lo cesanteó después de solo nueve partidos en el cargo (tres victorias y seis derrotas).

Durante varios meses Popa estaría en el paro a la espera de una oportunidad y esa chance llegaría en agosto de 2018 cuando tomó las riendas del Perth Glory. En el club de Western Australia el impacto fue positivo casi de inmediato y la escuadra viola se coronó como el mejor equipo de fase regular dos fechas antes. En las series finales el equipo accedió al partido definitorio frente al Sydney FC pero allí la suerte solo acompañó hasta la tanda de penales donde cayó derrotado 4 – 1.

Durmiendo con el enemigo

Mientras que Popovic volvía a los primeros planos con el Perth en el Oeste de Sydney las cosas iban de mal en peor. El reemplazante de Gombau fue Markus Babbel (aquel jugador alemán del Liverpool durante los 90’s) que llegó al WSW precedido de buenos resultados en el fútbol austriaco, pero en Australia la historia sería totalmente distinta. Babbel no solo no consiguió que el equipo accediera a los play-off (terminó octavo en un torneo de diez equipos) sino que ademas se pasó gran parte del tiempo quejándose del nivel de juego de la liga y resaltando que la A-league era un torneo sin presiones debido al hecho de que no hay descensos.

A pesar de los pobres resultados y que sus dichos cayeron mal en el vestuario, el Western Sydney mantuvo en su puesto al entrenador con la excusa de que se trataba de un proyecto a largo plazo, pero parece que ahora la paciencia ahora se está agotando. Después de un comienzo esperanzador que incluyó la victoria 1 – 0 en el primer derbi del año el WSW hilvano una serie de cinco derrotas seguidas y lejos de practicar la auto-critica Babbel no tuvo mejor idea de que achacarle los resultados negativos a fuerzas oscuras contrarias al club.

Para colmo, a esto se le suman ahora los rumores de una posible fractura en el cuerpo técnico. Algunas voces cercanas al club hablan de que el ayudante de campo Matthieu Delpierre está presionando a la comisión directiva del club para que se deshaga del alemán y lo designe a el mismo como entrenador principal. Estos informantes incluso aseguran que Babbel y Delpierre han mantenido airadas discusiones delante de los jugadores con respecto a la alineación y otros temas del día a día. A pesar de que desde el Western Sydney han desmentido los trascendidos todo parece indicar que el próximo viernes podría haber definiciones. Si el equipo no consigue un resultado positivo ante el Western United de Melbourne los días de Markus Babbel en el oeste de Sydney habrán terminado.

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