La segunda revolución: Como China planea dominar el mundo del fútbol

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El brasileño Elkeson – ahora conocido como Ai Kessen – se transformó en el primer naturalizado en marcar para China.

El fútbol se ha transformado en un asunto de estado para el gobierno de ese país y la intención es convertirse en potencia lo mas rápido posible. Geopolitica del balón en la relación del gigante asiático con África.

El martes 10 de septiembre no fue una fecha cualquiera para China. Ese día su equipo nacional goleó sin problemas a su par de Islas Maldivas 5 – 0 pero lo realmente extraordinario ocurrió en los minutos finales del encuentro cuando el brasileño Elkeson anotó un doblete que selló el resultado. Esa fue la primera vez en que la selección alineó a un jugador nacionalizado que no tuviera ni remotamente raíces chinas. Si bien en mayo el ingles Nico Yennaris ya había sido convocado su caso era ligeramente distinto ya que su madre si es de ascendencia oriental.

Por el contrario hasta 2013 no había nada que vincule a Elkeson con el país asiático, ni siquiera un tío lejano perdido por las ramas de su árbol genealógico. Todo cambió es año. El futbolista hoy conocido como Ai Kessen fue parte de la primera gran oleada de fichajes internacionales de renombre que llegaron a la liga china. A pesar de tener destino de fútbol europeo el ex-Botafogo sorprendió a propios y extraños al optar por un campeonato que todavía estaba por detrás de la liga japones en cuanto a nivel de importancia. Los 5.3 millones de dolares por año que prometió Guangzhou Evergrande seguro compensaron el sacrificio.

La temporada 2013 fue crucial para el fútbol de este país y el mundo comenzó a prestar atención a lo que allí ocurría. Ademas de Elkeson también llegaron jugadores importantes del fútbol sudamericano como Vagner Love, Rolando Schiavi y Giovani Moreno. Pronto se les sumó también el ex-Barcelona Seydou Keita. Incluso en los banquillos había nombres pesados como el italiano Marcelo Lippi o el sueco Sven-Göran Eriksson. El «dinero grande» ya no solo estaba en Europa o en algunos equipos de la MLS.

Con una ayuda de mis amigos

¿Como pasó la liga china de ser un torneo menor a competir mano a mano con el Calcio Italiano o la Premier League en cuanto a dinero y fichajes? ¿Cual es el objetivo de esta revolución? Pues bien todo este movimiento nace de la intención del presidente Xi Jinping de transformar a China en una potencia futbolistica. En 2015 la federación china pasó a depender del gobierno central y Xi puso en marcha un plan de 50 puntos que tiene como fin no solo que China organice una Copa del Mundo en el próximo medio siglo sino que también la gane.

Puede parecer algo improbable pero en estos tiempos no hay sueño muy grande para el gigante asiático. El plan estratégico del presidente prevé que para el 2020 debe haber 70,000 canchas y 20,000 campos de entrenamiento dispersos por todo el país, mientras que para el 2025 aproximadamente 50,000 escuelas deberán ser «poderosas» en fútbol. El soccer hoy es una materia obligatoria en la curricula educativa china.

Según Simon Chadwick, profesor de management deportivo en la Universidad de Salford, el método que utilizaron los chinos para desarrollar rápidamente este deporte es similar al que se aplicaron en el mundo de la industria: adquirieron compañías y trabajadores extranjeros para elevar los estandares de la mano de obra local. El arribo de super-estrellas buscó crear una liga altamente competitiva en donde el talento autóctono pudiera tener roce con jugadores de élite.

La llegada de Elkeson y otros nacionalizados al equipo nacional es el siguiente paso en este proyecto. Pese a la resistencia de algunas viejas glorias del seleccionado – que reclaman que estos nuevos jugadores no tienen ningún vinculo cultural con el país – los resultados comienzan a verse rápidamente. Ahora bien, esta practica ha sido habitual en el fútbol de Asia por mucho tiempo (Japón ha sabido tener algunos jugadores brasileños en sus filas a lo largo de los años) pero lo que provoca cierto resquemor es que China podría alinear a mas extranjeros naturalizados que jugadores locales en poco tiempo.

Un punto clave de esta «revolución» es como China se ha vinculado con el resto del mundo. Con Gran Bretaña por ejemplo la relación es de maestro/alumno. Los clubes chinos intentan copiar el modelo ingles y periódicamente envían jóvenes entrenadores para prepararse y recibir cursos intensivos. Por ejemplo hace poco mas de dos años el Celtic de Glasgow recibió en sus academias a una camada de preparadores de juveniles de la federación china para que estos aprendiera el método del club escoces.

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El presidente Xi Jinping, el «Kun» Aguero y el ex-Primer Ministro británico David Cameron.

Para los británicos esta relación también reporta beneficios. Durante mucho tiempo el basket fue el deporte de moda en el gigante asiático y la NBA invirtió grandes sumas de dinero para expandirse en un mercado de nada menos que 1395 millones de habitantes. Pero todos sus esfuerzos cayeron en «saco vació» ya que no se pudo encontrar un sucesor al gigante Yao Ming, el recordado jugador de los Houston Rockets que se retiró en 2011. Y es la Premier League la liga que tomó la posta, primeramente con acuerdos de patrocinio – como el que firmó el Newcastle en 2016 – y giras de pretemporada. La ilusión es que en el futuro China produzca jugadores capaces de hacer pie en la liga inglesa.

Geopolítica del balón

Pero no solo con las potencias del balompie se relaciona China. Desde hace un tiempo el gigante asiático realiza una incursión peculiar en el continente africano donde el deporte es solo es la punta del iceberg. Este fenómeno se conoce popularmente como la «Diplomacia de los Estadios» e implica la inversión del estado chino en distintos países olvidados por EEUU o Europa – en su mayoría del continente africano – para el desarrollo de complejos deportivos y estadios de fútbol. Naciones como Congo, Malawi, Kenia o Gabón se han beneficiado del dinero chino y ahora tiene estadios dignos del continente europeo.

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Estadio ubicado en Malawi.

¿Que es lo que obtiene el gobierno de Xi Jinping con todo esto? Nada mas ni nada menos que influencia. Los estadios son esa clase de obra publica que suele ser muy popular entre la gente pero que es de una utilidad reducida y un costo muy alto. De esta manera China aporta el dinero y la expertise mientras que los gobiernos africanos solo ponen la mano de obra y recojen todos los beneficios inmediatos. Como contraprestación China accede con mayor facilidad a otro tipo de «negocios» como por ejemplo la explotación de recursos naturales.

Pero si hablamos propiamente de lo deportivo, hoy la influencia del país asiático dentro de la Confederación Africana de Fútbol es muy grande y se especula que cuando sea el momento de elegir la sede de para la Copa del Mundo 2030, los votos africanos serán la clave para que China se adjudiquen la organización del certamen.

Algo mas que una burbuja

Cuando se anunció el fichaje de Carlos Tevez por el Shanghai Shenhua se desató una controversia inusitada en torno a la Super Liga. El «Apache» firmó un contrato de casi 80 millones de dolares por dos temporadas convirtiéndose en el futbolista mejor pago del planeta Tierra. A pesar de ser el impulsor del boom por el fútbol el gobierno chino veía con preocupación el gasto irrisorio de algunos clubes a la hora de las contrataciones. Es que la administración de Xi esperaba que el mayor flujo de dinero fuese al fútbol base y no a la compra excesiva de super-estrellas.

Hasta ese momento el plan del presidente no estaba saliendo como había sido planeado en un principio. Los clubes de la liga se habían transformado en potencias continentales (el Guangzhou Evergrande ganó la AFC Champions League en 2013 y 2015) pero esos avances no se veían reflejados en la selección nacional. Solo en 2002 el equipo pudo clasificar a la Copa del Mundo y ni siquiera ha podido conquistar la Copa de Asia. La nacionalización de Elkeson y otros extranjeros es la solución mas inmediata a este problema pero no la única.

Se cree que a partir del 2021 la liga implementará un tope salarial con el fin de frenar las contrataciones multimillonarias y darle prioridad al talento local. Por lo pronto, hoy la carga impositiva para los clubes es mayor pero eso no impide que sigan haciendo de las suyas: a mitad de año el Jiangsu Suning estuvo muy cerca de fichar al gales del Real Madrid Gareth Bale pero su llegada se truncó debido a que el club chino no pudo terminar de afinar números con su contraparte española. El contrato del futbolista ya estaba acordado.

A muchos especialistas les da la impresión de que esta «burbuja» está por estallar en cualquier momento. Simplemente creen que no es posible mantener este ritmo de gasto indiscriminado y no salir perjudicado. Pero para otros China está en el camino correcto y se prepara para dar la sorpresa muy pronto. Uno de ellos es el ex-delantero del Schalke 04 y la selección de Dinamarca Ebbe Sand quien trabaja part time en China desde el año 2012 como director de escuela de fútbol en Shanghai. Para Sand el mayor problema por el cual los jugadores chinos no llegaban a destacarse era la falta de infraestructura apropiada dentro del país. Si bien esto es algo en lo que se ha estado trabajando en los últimos años el danes cree que recién para 2026 se verán los frutos de esta inversión.

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El ex-futbolista danes Ebbe Sand dirige una academia en Shanghai desde 2012.

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